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Wilfrido Alvarenga (Lider de La Herencia) explica la historia del Pueblo Enxet a niños y jóvenes |
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Wilfrido Alvarenga (Lider de La Herencia) señala el gran crecimiento poblacional de su Pueblo Enxet |
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Profesores de La Herencia escuchan la charla |
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Niños escuchan atentamente la historia de su Pueblo |
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Las Profesoras Rossana y Cynthya junto a los jóvenes atendiendo en la charla |
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RESEÑA
HISTORICA DE LA POBLACIÓN INDÍGENA
En
el año 1.889 el señor Wilfred Barbrooke Grubb llegó a Paraguay
procedente de Gran Bretaña enviado por la Sociedad Misionera
Sudamericana. Adolpho Henricksen ya había comenzado una pequeña
misión entre los indígenas de la parcialidad Lengua (Enxet) que
frecuentaban la orilla chaqueña del rio Paraguay, y con la muerte de
Henricksen fue nombrado como su reemplazante a Barbrooke a la edad de
22 años. Durante los últimos 20 años (1.889 – 1.909) vivió solo
en el interior de la región chaqueña entre los indígenas y luego
se unieron a él ayudantes enviados por la Sociedad.
El
contenido de su libro trata principalmente de los acontecimientos y
experiencias de los primeros años de su vida entre algunas de las
tribus del Chaco, y en particular entre los Lengua (Enxet). Mucho
antes de su llegada escuchó a través de conversaciones con
sudamericanos en el Rio de la Plata rumores de los pueblos salvajes
que habitan en el Chaco, como también informes extraños sobre el
terreno mismo. El mismo nombre de “Chaco” fue pronunciado en todo
de miedo y horror por muchos a quienes conocí. Algunos informes
indicaban que el número de indígenas ascendía a cientos de miles,
que eran feroces y bélicos, dados al canibalismo y excepcionalmente
crueles en el trato con sus prisioneros. Se comentaba que existía en
el interior del Chaco una ciudad indígena grande y muy poblada. Esta
fue la creencia general entre la mayoría de los paraguayos. Aun los
más inteligentes y críticos creían en la existencia de estos
grandes pueblos, poblados por miles de indígenas. Se decían que los
habitantes salvajes carecían totalmente de decencia, y que su vida
social era solamente un poco mejor que la de los animales. Entre los
cuentos más increíbles figuraban leyendas de una raza cornuda que
habitaba el interior. Se decía que un cuerno salía de la parte
superior de la frente, como en el caso del mítico unicornio.
Probablemente este cuento se deriva de la costumbre de los indígenas
de llevar en posición vertical un mechón de caballo atado con lana.
Pero aún más extraño era el cuento de un pueblo que habitaba hacia
el norte, la articulación de cuyas rodillas estaba invertida,
dándoles la apariencia de un ñandú, de modo que al arrodillarse
los pies los tenían hacia adelante. Más tarde supo de los indígenas
que por más extraño que pareciera, ellos mismos contaban algo
similar, agregando esto: que esa gente tenía tres dedos en el pie y
que eran muy veloces. Había relatos de una raza de pigmeos que
habitaban los bosques occidentales, y también de una tribu de
gigantes.
El
relato que sigue cubre casi exclusivamente los primeros años de vida
de Grubb entre los Lenguas, sus aventuras extraordinarias y
experiencias peligrosas se describen plenamente, y atraerán la
atención del lector, sufrió atentados contra su vida, cuando se lo
dejó por muerto, pudiendo a penas escapar de ser enterrado vivo; y
todos los incidentes de su subsiguiente rescate, muestran en forma
extraña cómo funcionan la mente y carácter indígena, además del
coraje y aguante de Grubb, su recuperación de la herida bajo
circunstancias tan difíciles fue considerada tan extraordinaria que
el doctor O’Connor, eminente cirujano del Hospital Británico de
Buenos Aires y quien realizó la intervención quirúrgica, le dio
una carta de presentación a Sir Frederick Treves, diciendo “pongan
su oído a su pecho”. Esta carta, sin embargo, nunca fue
presentada, ya que Grubb regresó inmediatamente al Chaco. Este
relato completo que se hace aquí de la vida y costumbres primitivas,
la mitología indígena, sus supersticiones y brujería, con todas
las barbaridades que las acompañan, transmitirá alguna idea de las
dificultades encontradas en el intento de formar de tal pueblo una
comunidad civilizada y una iglesia cristiana.